Mensajes de diversas orígenes
viernes, 21 de marzo de 2025
El Carro de Elías Bajará del Cielo. No Tengáis Miedo Cuando Lo Veáis, Porque Es Él Quien Vendrá A Liberaros De Los Malvados Y Llevaros A Mi Cielo De Gloria
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Christine en Francia el 14 de marzo de 2025

El Señor - El carro de Elías¹ que vendrá a expulsar a los impíos de sus tronos, lo veréis en las nubes y habrá un gran estruendo. No salgas corriendo ni mires, pues la intensa luz será insoportable para tus ojos. No desesperéis, no temáis, aunque el miedo intente invadir vuestras moradas, sino venid a Mí en el silencio de vuestros corazones y orad. ¡El ruido no vencerá! Hijos de mi Corazón, permaneced en guardia en la oración. No apaguéis en vosotros mismos la vela que vela la nueva aurora que está por llegar. No temáis, no desesperéis, ¡sabéis que la desesperación no viene del Cielo! Mi ira rugirá contra todos aquellos hombres que son Míos y que continúan su camino en la idolatría y en el pecado de los sentidos, en su abyecta moralidad.
Oh hijos de Mi Sagrado Corazón, venid a la Luz, venid a Mí y cobrad fuerza y superad las muchas tentaciones, las tentaciones de la desesperación, pues el camino será áspero y doloroso. Preparaos para oír gruñidos y gritos de todas partes. ¡Prepárate y no tengas miedo! «¡No tengas miedo!» Recordando estas palabras, volverás a Mí y se te dará fuerza. La tormenta es sólo un largo jadeo mortal que se alarga hasta calmarse y desaparecer. Con confianza, seguid Mis pasos, venid a Mí y os cubrirá la fuerza. Hijos, Yo soy el Viento que sopla y el Viento sopla donde quiere, en los corazones de Mis hijos, para llevar el Agua Viva a sus corazones. Amados hijos, permaneced confiados, Yo he conquistado el mundo, tras Mis huellas venceréis y en el silencio se os mostrará el camino correcto. Las vigilias y las oraciones son las únicas fuentes de vida que os traerán el Agua Viva, y el Agua Viva es el camino. ¡Silencio y contemplación! Venid a poner vuestros pasos en Mi morada, os espero a cada uno de vosotros. A todo hombre que se arrepiente de sus errores, lo llevo Conmigo por el camino de la Vida, pero de todos espero la verdad.
[Justo después]
El Señor - El carro de Elías descenderá del cielo. No temáis cuando lo veáis, pues es él quien vendrá a liberaros de los malvados y a llevaros a Mi Cielo de Gloria. Hijos, los que fomentan la guerra son servidores del Diablo y son mentirosos. Vienen a vosotros disfrazados de corderos, pero dentro de ellos brilla el Diablo que los atrae y la perdición estará con ellos. ¿No os dije: «Dejadlo todo y seguidme»? Por tanto, que todos escuchen Mi Palabra que resuena en su interior y encontrarán la paz en sus corazones, la paz de los sentidos, lejos de los señuelos y de todos los mentirosos que siguen al Mentiroso.
[10h15 - Durante el culto]
El Señor - Más allá de las nubes, más allá de las fronteras, estoy Yo. Quien Me busca Me encuentra y quien viene a Mí no se perderá. Escucha Mis palabras y te salvarás; camina con la antorcha de Mi Corazón en tu corazón y la vida, la verdadera Vida en Mí, se abrirá en ti. El que Soy viene a visitar a Sus ovejas y a conducirlas al rebaño de Mi Corazón Divino. La Ruta de la Seda es el camino de Mi Palabra de Vida que lleva alimento dentro de ti. En los vericuetos de la Tierra, el hombre pierde el camino, pero quien viene a Mi Sagrado Corazón encuentra la Vida, la Vida que Yo soy, y no puede perder el camino. En el camino del silencio, el camino está siempre marcado, porque Yo estoy dentro del hombre y le traigo Mi Palabra de Vida. La Vida verdadera no puede estar fuera de Mí, porque fuera de Mí no hay Salvación.
Pequeña, te enseñé que tenías que subir los escalones² para encontrarme y te pedí que te detuvieras y entraras en la contemplación de Mi resplandor. El Único que Soy, que resplandece, brilla en el corazón del hombre que Le acoge y el hombre encuentra el camino hacia la Vida. Aparte de Mí no podéis hacer nada y aparte de Mí no hay Salvación.
Hijos, Yo soy la Fuerza tranquila que viene a establecer Mi Hogar en los corazones y a proporcionar fuerzas vitales a los hombres de estos tiempos. Lo he dicho una y otra vez: en la senda de la contemplación el hombre encuentra el camino, y a quien lo encuentra no le será arrebatado, sino que dará fruto. Todo el que viene a Mí encuentra la paz. Si todos los hombres vinieran a Mí, no habría guerras, ni conflictos y el orgullo sería aplastado. Hijos, Yo hablo al corazón de cada hombre, pero pocos, muy pocos Me escuchan y Me prestan atención. Su casa es una casa de arena porque no la han construido sobre la Roca que soy Yo. Han seguido el camino lejos del Mío y están perdidos y, al perderse a sí mismos, pierden también al mundo, porque todos los hombres están unidos entre sí. Pero Yo os pido a todos que estéis unidos y conectados a Mi Palabra de Verdad, pues sólo ella es Vida y sólo ella lleva Vida. Abundancia, en Mí la tenéis. Quien Me sigue camina por el sendero, el sendero correcto, no se perderá y, aun cubierto de cenizas, encontrará el camino. No tengáis miedo, sino seguid Mi Palabra de Vida y la Vida habitará en vuestras moradas y seréis iluminados.
[Christine]
¡Oh Señor, enséñame a orar!
El Señor - Vivir en Mí es vivir en la oración, pues quien camina constantemente Conmigo camina por Mi sendero y no se extraviará. Hijos, ¡recibid Mi Palabra de Vida en vuestros corazones y viviréis! El que Yo Soy os trae la paz. Id y permaneced en Mí y estaréis en el camino de la Salvación. Quien viene a Mí encuentra la vida y Yo le salvaré en el último día y le llevaré Conmigo a Mis atrios, para que viva en la plenitud de Mi Corazón y vea con sus ojos la Luz que Yo soy. Hijos, quedaréis deslumbrados y caeréis de rodillas ante Mi Rostro. Este tiempo llegará porque todos recibirán la vida en su plenitud. Quien abre su corazón a Mi Palabra encuentra la vida, pero quien se cierra permanece cerrado. He dejado a la gente la elección de creer o no en Mi Palabra de Vida, he dejado a cada uno la libertad, ¡y cuál es Mi dolor cuando veo a tantos que se pierden! En el último día, los resucitaré y sus últimas palabras serán su liberación o no. Soy un Juez Justo, que ha dado la libertad a los hombres, ¡y cuál es Mi dolor al ver a tantos de Mis hijos perdidos y condenados!
¡Hijos, el dolor conduce a la Salvación, Yo, que transformé el dolor en Salvación que es el camino hacia la resurrección! No tengáis miedo, ¡tened confianza! Yo he vencido al mundo, vosotros también venceréis y viviréis Conmigo y en Mi Patria seréis bienvenidos. Baila al son de la trompeta, tras ella viene la Salvación y la Salvación se da a todo hombre que lleva su fiat. Hasta el último momento, a la última palabra, te espero, no pierdas el camino, ven y entra en Mi Luz. En el camino os guío y llevo a Mis hijos sobre Mis hombros para liberarlos del mal y elevarlos al rango de Mi Amor, marcarlos con Mi Preciosísima Sangre y bendecirlos en la frente. Quien camina Conmigo no puede perder su camino, sino que camina en la Luz de la Vida. Os espero a cada uno de vosotros, hijos Míos, en el corazón de Mi Corazón. Vengo a liberaros de las garras del Impostor y a traeros Mi paz. No tengáis miedo, Conmigo siempre saldréis victoriosos y en Mi camino de Luz, que es la Verdad, viviréis, seréis y permaneceréis.
Los tiempos, hijos, sólo son relámpagos pasajeros, pero no escuchéis al mundo y venid, entrad en Mis atrios y en Mi Morada poned vuestros pasos. He marcado vuestras frentes con el sello de Mi Amor, soy la Luz que os guía por el camino y trae la paz a vuestros corazones y la liberación a vuestras almas. Yo soy la Salvación eterna, la Fuente viva que trae el verdadero alimento y la verdadera bebida a vuestros corazones. Permaneced en Mi Voluntad y viviréis. ¡Que Mi Voluntad sea la vuestra!
De repente siento una caricia en mi mano.
El Señor - ¡Mi caricia! ¡Soy Yo quien guía tu mano sobre la hoja!
Christine - ¿Eres tú, Señor?
El Señor - Si te digo que te arrodilles y te arrodillas, no tengas miedo, el Diablo, muy orgulloso, no se arrodilla, sino que permanece orgulloso y de pie en Mi Presencia, se burla y Me mira. Ven y sígueme. En tus pasos pongo los Míos, así te guío y no puedes perderte.
¹ - 2R 2, 11-12
² - Jesús evoca un sueño que tuve cuando tenía dieciocho meses, en el que subía una escalera y llegaba al Paraíso delante de Él.
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